El cardenal electo Agostino Marchetto ha usado muchos sombreros durante los servicios de la Iglesia y la Santa Sede. En una entrevista en Radio Vaticano, expresó su opinión de que el Papa Francisco le ha dado un sombrero rojo gracias, sobre todo, a sus años de servicio en el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes.
Por Fabio Colagrande y Linda Bordoni
El Papa Francisco anunció este pasado domingo los nombres de los 21 prelados que serán creados Cardenales en un Consistorio a finales de septiembre.
Entre ellos se encuentra el arzobispo Agostino Marchetto, de 83 años, diplomático de toda la vida de la Santa Sede, analista del Vaticano II y secretario emérito del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Pueblos Migrantes e Itinerantes.
El cardenal Marchetto dijo a Radio Vaticano que creía que al nombrarlo, el Papa quería resaltar la atención y la cercanía de la Iglesia a las personas más vulnerables del movimiento.
El arzobispo Marchetto dijo que una de las principales preocupaciones del Papa Francisco es la de los migrantes y refugiados, que a menudo son tratados «de una manera muy, muy mala» cuando «escapan de lugares de sufrimiento».
Este nombramiento es quizás para ayudar a la gente a entender que este es un tema muy importante, agregó, describiendo el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes como uno de los mayores éxitos del siglo pasado.
Tenemos que considerar a los hombres ya las mujeres, no sólo cuando no se mueven, dijo el Arzobispo, porque la migración es el tema definitorio de nuestro tiempo por varias razones y por eso, afirmó, la Iglesia debe acompañarlos. mover
“Es un problema de fondo que debemos tratar de resolver lo antes posible, porque de lo contrario tendremos cuestiones muy difíciles”, dijo.
En particular, afirmó que el número de refugiados climáticos aumentará, por lo que es fundamental implementar las normas, reglamentos y políticas, para poder recibirlos con una actitud de hermandad.
Vaticano II Concilio y Sínodo
El otro tema en el que se centró el cardenal electo fue el Vaticano II. La necesidad de seguir analizando e interpretando el Concilio, dice, ha sido “un leitmotiv de toda mi vida”.
“Especialmente la relación entre el Santo Padre y el Episcopado y la evolución del primado y la colegialidad del Papa desde el primer milenio hasta el Concilio”, explicó.
El camino sinodal en curso, dijo el Cardenal designado, subraya la continuidad dentro de la Iglesia, a pesar de la evolución legítima, la Iglesia que da testimonio del Evangelio de Jesús, el Magisterio.
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